Etapa 4: Sto. Domingo - Burgos
Nueva etapa larga.
La mañanita volvió a empezar movidita, por un lado nos cobraron 15 € por desayunar ... eso sí ... nos pusieron una barra de medio a compartir entre los dos ... eso y un envase de salchichón y de queso enteros ... salimos rodando del sitio ...
Supongo que ese sobrepeso lo acusó la delicadita rueda delantera de Silvia ... que duró apenas 2 kilómetros en desinflarse. La verdad es que hicimos el cambio rápido y nos sirvió para compartir unos divertidos kilómetros con otro grupo de bicigrinos. Los que se hospedaban en nuestro mismo albergue.
Los primeros 30 kilómetros fueron de los más senzillos, propios de las tierras burgalesas. A partir de ahí apareció el "maravilloso" viento burgalés ... que paliza, hizo muy duros los kilómetros, aunque lo peor estaba por venir.
La durísima subida por el camino, por zonas imposible para bicicleta, al Alto de la Pedraja, nos recompensó un bonito mirador en el alto. Fue allí donde tuvimos que estrenar nuestro material anti-lluvia ...
Eso sí, el mirador, a poco de la cima, me regalo uno de los mejores momentos, hasta entonces, del camino ... degustar a solas, a penas unos minutos, ese paisaje ... todo ese silencio para mi ... jejeje
La intensidad de la lluvia ha ido a más durante los siguientes kilómetros, hasta hacerse insoportable. Paramos en Atapuerca, ya por carretera, para que Silvia cubriera sus piernas ... para mi, que la humidad caló rápidamente pies y manos, fueron 20 kilómetros hasta Burgos muy muy largos. No se acababan nunca.
Una vez llegados a la ciudad dudamos entre un par de albergues, por suerte decidimos ir al albergue municipal nuevo ... ¡QUÉ MARAVILLA! Menudo lujo de edificio, 5 plantas completamente nuevas, con sensores de luz, una zona de descanso con lavadora/secadora, màquinas de vending, hilo musical y amplias mesas para leer, escribir, comer ... descansar
Las habitaciones estaban muy bien, las literas estaban organizadas para dar total privacidad, como si de una habituación para 2 se tratara. Duchas y aseos nuevos y limpios, con sensores de luz ... de verdad, fantástico!!
Intenté localizar a Sandro, pero ha sido imposible, me habría gustado darles un abrazo a él y a Pepi, espero poderlo compensar pronto.
Lástima del trato de la hospitalera, pese al ágil recibimiento ... no nos selló - tampoco nos dimos cuenta - nuestra cartilla de peregrinos, solo quería el donativo. Y no tuvo compasión para echarnos a las 8:00 al día siguiente pese a tener la ropa en la secadora para poder salir con las zapatillas secas ...
Las sensaciones eran bastante malas la verdad, teniamos la impresión de que la cosa podía ir a peor.
Otra etapa de unos 70 - 75 que dejaba el contador en unos 250 km.
Mapa de la etapa:
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Frase del día ... mmmmmmmm
Un abrazo,
La mañanita volvió a empezar movidita, por un lado nos cobraron 15 € por desayunar ... eso sí ... nos pusieron una barra de medio a compartir entre los dos ... eso y un envase de salchichón y de queso enteros ... salimos rodando del sitio ...
Supongo que ese sobrepeso lo acusó la delicadita rueda delantera de Silvia ... que duró apenas 2 kilómetros en desinflarse. La verdad es que hicimos el cambio rápido y nos sirvió para compartir unos divertidos kilómetros con otro grupo de bicigrinos. Los que se hospedaban en nuestro mismo albergue.
Los primeros 30 kilómetros fueron de los más senzillos, propios de las tierras burgalesas. A partir de ahí apareció el "maravilloso" viento burgalés ... que paliza, hizo muy duros los kilómetros, aunque lo peor estaba por venir.
La durísima subida por el camino, por zonas imposible para bicicleta, al Alto de la Pedraja, nos recompensó un bonito mirador en el alto. Fue allí donde tuvimos que estrenar nuestro material anti-lluvia ...
Eso sí, el mirador, a poco de la cima, me regalo uno de los mejores momentos, hasta entonces, del camino ... degustar a solas, a penas unos minutos, ese paisaje ... todo ese silencio para mi ... jejeje
La intensidad de la lluvia ha ido a más durante los siguientes kilómetros, hasta hacerse insoportable. Paramos en Atapuerca, ya por carretera, para que Silvia cubriera sus piernas ... para mi, que la humidad caló rápidamente pies y manos, fueron 20 kilómetros hasta Burgos muy muy largos. No se acababan nunca.
Una vez llegados a la ciudad dudamos entre un par de albergues, por suerte decidimos ir al albergue municipal nuevo ... ¡QUÉ MARAVILLA! Menudo lujo de edificio, 5 plantas completamente nuevas, con sensores de luz, una zona de descanso con lavadora/secadora, màquinas de vending, hilo musical y amplias mesas para leer, escribir, comer ... descansar
Las habitaciones estaban muy bien, las literas estaban organizadas para dar total privacidad, como si de una habituación para 2 se tratara. Duchas y aseos nuevos y limpios, con sensores de luz ... de verdad, fantástico!!
Intenté localizar a Sandro, pero ha sido imposible, me habría gustado darles un abrazo a él y a Pepi, espero poderlo compensar pronto.
Lástima del trato de la hospitalera, pese al ágil recibimiento ... no nos selló - tampoco nos dimos cuenta - nuestra cartilla de peregrinos, solo quería el donativo. Y no tuvo compasión para echarnos a las 8:00 al día siguiente pese a tener la ropa en la secadora para poder salir con las zapatillas secas ...
Las sensaciones eran bastante malas la verdad, teniamos la impresión de que la cosa podía ir a peor.
Otra etapa de unos 70 - 75 que dejaba el contador en unos 250 km.
Mapa de la etapa:
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Frase del día ... mmmmmmmm
Solo a un tonto le ocurre meter los pies en el río para ver su profundidad
Un abrazo,
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