La lluna sucumbe a las sirenas barbudas

Por fin,

hace algo así como un año que me zarandeaste con fuerza, me meciste sin cariño y metiste tu acidez salada hasta el fondo de mi esófago jejeje me hiciste saber que, sin excepción, tú eres quien mandas.

Gracias por la lección, este año iba más preparado, aunque no ha sido la mejor semana a nivel de sensaciones, lo importante es acabar, no el tiempo que hagamos.

A diferencia del año pasado la travesía de este año era en St. Antoni de Calonge, 4,5 kms aproximadamente con un avituallamiento a medio camino fuera del agua. 


Al final decidimos nadar sin escarpines, aunque la temperatura del agua era fría 17,5º después de provarla creímos que no era como para no acostumbrarse a la que se empezaran a calentar las músculos.

Empezamos muy puntuales, después de los valientes que se estrenaban con la travesía de 1,2Km. A las 19h caminamos rampa abajo y nos fuimos introduciendo en el agua. A decir verdad no tuvo la emoción de anteriores ocasiones, intenté retrasarme al máximo, no me gusta nadar con tumulto, y tampoco tenía sensaciones recientes de nado en mar... por lo que prefería acelerar la sensación de nadar solo.

No fue así, realmente fue el peor momento de la carrera, tampoco fue una sensación exagerada de codazos, ni nada similar, pero sí el de no estar nada cómodo, no coger el ritmo y como siempre, los pensamientos de ¿qué hago yo aquí? ¿quién me manda a mi? ¿y a quién le vendo yo el neopreno? jejeje se apoderan de ti, el oleaje te mecía, dificultaba aún más la respiración ... 

Además, y es algo que me sucede habitualmente y nunca pongo remedio, es que después de poner vaselina, se me ensucian las gafas y no veo un carajo ... así que a cada boya, tenía que quitarme las gafas, localizar la siguiente, y intentar no desviarme.

La segunda parte realmente fue mucho mejor, a ritmo cómodo, parando cuando lo consideré necesario para ver la siguiente evitando así los indeseados metros de más ... 

Llegué al avituallamiento en 38 minutos, un gran tiempo para los primeros 2.2km, algo que hizo olvidarme los los malos ratos del principio, allí estaban Jore y Álex un compi de entreno. Nos refrescamos y al lío de nuevo. 

El tercer kilómetro fue absolutamente caótico, unas boyas interiores me confundieron, y perdí mucho tiempo nadando desorientado. Como se puede ver en las trazas del GPS abajo, mi vuelta fue muy ineficiente, el 3Km lo hice en 24 min, 5 min peor que los kilómetros de ida.



A partir de ahí, de nuevo a ritmo hasta el final. Una vez divisé el arco de llegada, para ser honestos se me hizo eterno, mucho más largo de lo que pensaba. Empezaba a haber resaca, y los últimos 500m fueron eternos.


En resumen, una bonita experiencia, y un buen homenaje el que nos dimos Jore y Yo después en Palamós.

La semana que viene nos vemos en el Estartit, a ver que tal se nos dan esos 1.800m de la Tri de Montgrí.

Saludos,

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